Todos necesitamos cierto orden y organización en casa para sentirnos tranquilos y tener esa agradable sensación de “hogar”. Y lo necesitamos aún más después de este año en el que hemos vivido un confinamiento, “encerrados” en nuestras viviendas casi dos meses.


Sin embargo, el ritmo del día a día y la falta de tiempo y planificación a veces convierten las tareas del hogar en una causa de estrés que nos lleva a procrastinar y dejarlo “para otro día”.

¿Cómo combatir todo ello y conseguirlo? En este artículo encontrarás las claves para lograrlo en base a tres etapas que te describimos  detalladamente:

1. Planificación

2. Simplificación

3. Organización

¡Ponte manos a la obra! Con una sola acción que emprendas al día, bastará. Te lo aseguramos.

1. PLANIFICA


 

CREA UNA RUTINA:

La primera clave es crear una rutina para mantener la casa limpia y ordenada con el mínimo esfuerzo. A veces, dedicamos más tiempo a decidir si limpiamos o no, y por dónde empezar, que a hacerlo. Cuando tienes una rutina planificada, te aseguras de que las tareas no se acumulan. Las puedes dosificar para hacer un poquito cada día, de forma que no tengas que pegarte un atracón el fin de semana y puedas disfrutar de tu tiempo libre.

Elabora 4 listados: tareas diarias, semanales, mensuales / trimestrales y anuales. 

  1. Rutina diaria: antes de acostarte, revisa todos los cuartos o zonas donde tiendes a desordenar, y guarda todo en su sitio. Si haces esto a diario, no permitirás que se acumule el caos, y no te llevará mucho tiempo, ya que solo tendrás que recoger lo de hoy.
  2. Planing semanal: elabora esta lista de tareas junto a todos los miembros de la familia y repartid las tareas entre todos. Es fundamental incluir a los niños para que sean conscientes del trabajo que conlleva la casa y aprendan a hacerse responsables. No les subestimes, desde bien pequeños son capaces de asumir muchas tareas domésticas, como te explicamos en nuestra guíaLa Responsabilidad, donde te explicamos qué pueden realizar según su edad.
Aquí tienes un ejemplo:

  • limpieza express del baño
  • limpieza express de la cocina
  • poner lavadoras
  • tender la ropa
  • destenderla
  • doblar y guardarla
  • planchar lo que sea necesario
  • vaciar las papeleras
  • aspirar
  • quitar el polvo
  • cambiar las toallas y sábanas


3. Limpieza mensual o trimestral "a fondo": Reserva un momento como si fuera una cita (por ejemplo, el primer sábado de cada mes por la mañana). Elabora una lista de tareas a realizar. Por ejemplo:

  • limpiar la nevera a fondo
  • limpiar las puertas
  • limpiar espejos y paredes del baño
  • sacudir sofás
  • limpiar debajo de los muebles
  • limpiar microondas por dentro
4. Tareas anuales:

Por último, elabora otro listado para no olvidarte de las tareas más esporádicas, como:

  • limpiar el horno
  • limpiar los armarios de la ropa
  • limpiar los cajones del baño
  • limpiar las lámparas
  • mover los electrodomésticos de la cocina para limpiar por debajo
 

Te mostramos a continuación un ejemplo gráfico de como podría ser:







     

    Existen muchas apps que te pueden ayudar a identificar y organizar las tareas domésticas, repartiéndolas entre los distintos miembros de la familia, incluso sincronizándolas con sus distintos móviles como Chorma.

    Chores App te ayuda a establecer prioridades.

    CleanHouse, para los más olvidadizos, te permite crear un horario y te recuerda cada una de las tareas a realizar.

    ChoreMonster o FamilyTeam utilizan un sistema de recompensas para motivar a los niños. 

     

    2. SIMPLIFICA

    BAJA EL LISTÓN, no pretendas hacerlo todo.

    • Asume que es imposible tener la casa impecable salvo que dispongas de mucha ayuda o te quemes y agotes física y mentalmente.
    • Plantéate cuáles son tus prioridades: qué tareas son imprescindibles y cuáles es posible espaciar.  
     

    CUANTO MENOS DESORDENES, MENOS TENDRÁS QUE ORDENAR. 

    • Observa tu casa e identifica las zonas más proclives al desorden. Son los lugares que parecen perfectos para colocar las cosas "solo unos segundos", y terminan siendo un caos. 
    • Adquiere algunos hábitos sencillos que evitarán que acumules trabajo. Con la práctica, los harás de forma automática y sin apenas darte cuenta. Por ejemplo:
    • Cualquier cosa que sale de su armario, cajón, etc. debe volver a su sitio inmediatamente, en cuanto termines de usarla.
    • Mientras cocines, ve fregando los cacharros que vas usando, sobre la marcha.
    • Nada más terminar de cenar o de preparar la comida del día siguiente, limpia la cocina en 5 minutos.
    • Nada más lavarte los dientes, recoge las encimeras del baño




     

    HAZ LIMPIEZAS EXPRESS de la cocina y baño: muy rápidas y con atención plena.

    • Para ello, ponte el cronómetro. Evitarás distracciones, concentrándote de lleno en la tarea. No mires el móvil ni hagas otras tareas durante los 5 minutos que dure la limpieza express.
    • La clave es la velocidad. Programa el cronómetro 5 minutos (o 10 si tu cocina es grande), y ponte a toda velocidad a limpiar superficies, suelo, etc.
    • Lo que no te haya dado tiempo en esos 5 minutos, quedará para otro día. De esta manera logramos que no te dé pereza pensar en limpiar el baño/cocina, sino que lo veas como “son sólo 5 minutos” ¡y es verdad!
    • Tener las encimeras despejadas y con pocos objetos a la vista facilita esta tarea.
    • Puedes hacer una limpieza más profunda cada 15 días.  
     

    LAVA MENOS LA ROPA: solo cuando de verdad esté sucia.

    • Aunque la ropa interior deba lavarse después de cada puesta, la que es exterior como los jerséis o pantalones puede usarse varias puestas antes de lavarla.
    • Establece un momento fijo para poner la lavadora, en lugar de improvisar. Una vez a la semana suele ser razonable: por ejemplo, el sábado una lavadora de ropa blanca y el domingo una de ropa oscura.
    • Puedes hacerte con dos cestos de ropa sucia: el de color y el de blanco. De esta forma, cada miembro de la familia ha de ir poniendo su ropa sucia durante la semana en el que corresponda y, a la hora de poner la lavadora no tienes que andar separando prenda a prenda, simplemente vaciarás en la lavadora el cesto correspondiente.
      

    • Asigna una bolsa de red a cada miembro de la familia para que metan su ropa interior y calcetines, que se lavarán y secarán dentro de la bolsa. De esta manera, no habrá que ir emparejando calcetines.
    • Las lavadoras con programación resultan útiles, dado que puedes dejarla puesta por la noche y que empiece de madrugada, para tender la ropa nada más despertarte. Evitarás que la ropa mojada esté dentro del tambor durante muchas horas, arrugándose las prendas más delicadas o cogiendo olor a humedad.
     

    PLANCHA MENOS, sólo lo que de verdad sea necesario.

    Tender la ropa estirada la arrugará menos.

    Usar la secadora puede evitar el planchado de muchas prendas.

    Evita dejar la ropa en la lavadora una vez terminado el ciclo.

    A más velocidad de centrifugado de la lavadora, más se arruga: interesa una lavadora de unas 500 rpm (además, será más barata).

    Analiza en tu caso en particular qué prendas podrían pasarse por alto: sea la ropa interior y toallas o incluso las sábanas y camisetas que van debajo del jersey en invierno.

    En la medida de lo posible, compra ropa que no requiera planchado. Mira la etiqueta de cada prenda antes de comprarla. Lo ideal es escoger ropa con un porcentaje, aunque sea pequeño, de fibras sintéticas, como la lycra. En cambio, las fibras 100% naturales requieren más planchado, como el algodón o lino.

     

    ROBOT ASPIRADOR

    • Para algunas familias merece la pena invertir en un robot aspirador como este modelo, que aspira de forma autónoma y se desplaza, gracias a sus sensores, evitando los obstáculos.
    • Se cargan en una base conectada a un enchufe y al terminar, ellos solos vuelven a su base.
    • Algunos sirven para todas las superficies: alfombras, cocina, etc.
     

    3. ORGANIZA 

    Según Marie Kondo, gurú del orden, la clave es que cada objeto tenga un lugar concreto donde guardarse. Debemos agruparlos por uso, utilizando cajas para repartir el espacio dentro de los muebles.

     

    LA COCINA

    Despeja las superficies. Trata de encontrar un espacio (cajón o armario) para cada pequeño electrodoméstico u objeto, de manera que se despejen las encimeras. Las nuevas cocinas que incluyen gaveteros (cajones de gran capacidad bajo la encimera) permiten guardar incluso electrodomésticos como la sandwichera, freidora, etc. que normalmente dejaríamos sobre la encimera. Esto facilitará la limpieza de las superficies. Adquiere el hábito de devolver a su sitio cada cosa en cuanto termines de usarla, que te llevará exactamente 5 segundos.

    Deshazte de: 

    • todo aquello que no hayas utilizado el último año
    • los platos, vasos, etc. que no pertenezcan a ningún juego ni des uso
    • las tazas y platos fisurados o con pequeños rotos
    • botes de especias viejas
    Utiliza separadores en los cajones para que los cubiertos y demás utensilios estén ordenados. Incluso al poner los cubiertos en el lavavajillas, puedes separarlos en el cestillo por cuchillos, tenedores, etc. de forma que cuando ya esté limpio, irá directamente del cestillo al cajón sin necesidad de que los vayas clasificando.



    Hay numerosos accesorios en los que quizás te compense invertir, como este práctico colgador de tazas, este soporte para tener las tapaderas ordenadas dentro de un armario o un buen especiero. Deja de comprar tazas o platos sueltos, que no encajan con ningún juego.

    Si tienes niños, puedes tener un cestito donde meter las piezas sueltas como pajitas, vasitos de aprendizaje, etc.

    Organiza la nevera

    • Divide los alimentos en categorías y almacena cada una por separado.
    • Son muy prácticas las bandejas de almacenamiento "Samla" de Ikea. Permiten llegar bien al fondo de los cajones. Si necesitas frutas, extraes la bandeja, eliges la que quieres, y vuelves a colocar la bandeja.
    • Pon etiquetas a las baldas o bandejas (“embutidos”,” lácteos”, “frutas”, “verduras”, “restos”, etc.) Destinar una zona a los restos te permite tenerlos ubicados para consumirlos cuanto antes, evitando que se acumulen al fondo de la nevera y se estropeen.


    En la despensa, utiliza cestos o cajas de plástico y etiquétalas también (“desayuno”, “legumbres”, “latas”…). Si no tienes armarios, hazte con un carrito como el “Raskog” de Ikea.

    Ordena el armario de los tuppers:

    • Limita el número de tuppers y botes de almacenaje.
    • Tira los que no cierran, no tienen tapa o llevas meses sin usar.
    • A veces compensa invertir en un solo juego de tuppers con varios tamaños, para almacenar unos dentro de otros.
    • Usa tuppers de forma cuadrada, que permiten aprovechar mejor el espacio,
    • Decántate por el cristal: no acumula olores ni manchas y conserva mejor la comida, aunque es cierto que son más pesados si vas a llevarlos al trabajo.
    • Guarda cada tupper con su tapa.
    • Destina un cajón o armario exclusivamente para ellos. Si algún familiar te suele prestar tuppers, puedes tener una bolsa dentro del armario donde vas colocando los que no son tuyos, para devolverlos más adelante. 


    Ordena el armario de productos de limpieza instalando un colgador para las fregonas, escoba, etc.

     

    LOS BAÑOS

    Despeja las encimeras. Trata de tener todos los productos guardados en los cajones o armarios, en lugar de tenerlos a la vista, para agilizar la limpieza. Compra cajas de almacenaje de plástico transparentes. Aunque no sean las más estéticas, te facilitará encontrar los objetivos en el armario del baño sin necesidad de abrirlas. Además, son muy económicas.

    Si tienes pocos armarios o cajones, puedes poner una balda en la parte superior de la pared donde colocar cajas o incluso las toallas limpias.  Puede ser buena idea este carrito ultradelgado o esta estantería colgante para los productos del baño. También puedes colgar los cepillos y pasta de dientes e incluso la maquinilla de afeitar para que no ocupen espacio en la encimera con un portacepillos con ventosa.



    Desecha todos los productos que no hayas utilizado los últimos 6 meses: cremas, esmaltes, muestras, cuchillas, etc. No aceptes muestras en farmacias o droguerías, o incluso productos que te ofrezcan antes de gastar el que tienes en casa.

    Organiza los productos por uso: cara vs cuerpo…  Separa el maquillaje o colonias que utilizas a diario de aquellos que usas esporádicamente. Una opción práctica es esta torre de cosméticos que evita tenerlos “desperdigados” por la encimera o cajones.

    Limítate a un máximo de un repuesto por producto (de pasta de dientes, espuma de afeitar, champú, acondicionador, etc.).

     

    SALÓN

    Cada cosa debe tener su lugar. Organiza los objetos pequeños en cajas como los mandos de la TV, etc. Si todavía compras revistas, guárdalas en un revistero.  

    Coloca un perchero donde dejar los abrigos, bolso, mochila, etc. al llegar a casa, evitando dejarlo en cualquier esquina o silla y generando desorden.

    Ten en la entrada un vacía bolsillos para meter la cartera, móvil y llaves nada más entrar por la puerta. Este pequeño estante con colgador de llaves garantizará que no las pierdas, pero cualquier perchero pequeño situado cerca de la puerta de entrada cumpliría bien la misma función.

    Crear una “bandeja de salida”: destina un espacio a todo lo que tiene que “salir” de casa (por ejemplo, algo que tienes que devolver a una amiga, ropa que llevar a arreglar o al tinte, productos para cambiar o devolver…) donde metas todo aquello que “debo recordar llevarme al salir de casa”, sin necesidad de tenerlo tirado por la entrada. Puede ser un cajón, una caja dentro de un armario, etc. es importante que se utilice exclusivamente para esto. Recuerda echar un vistazo siempre antes de salir de casa. 

     

    DORMITORIO

    Despeja todo al máximo: prescinde de cojines, elementos decorativos, libros, etc. que no uses.  

    Evita dejar nada fuera del armario, en silla, cama, etc., ni siquiera “unos minutos”. 

    Organiza los armarios y cajones mediante:

    • Cajas: tanto para los objetos pequeños dentro de los cajones, como para la ropa o los zapatos. Las hay más estéticas, como las de tela, pero las de plástico, al ser más firmes y transparentes, resultan más prácticas. Puedes aprovechar incluso cajas de zapatos y ponerles etiquetas.  
    • Organizadores de colgar, como los “Skubb” de Ikea.
    • Zapateros: Te pueden servir cajas de zapatos apiladas o un organizador de zapatos con cajones deslizantes.
    • Bandejas separadoras para bisutería o pequeños objetos.
    • Utiliza corbateros y perchas especiales para collares, fulares o pañuelos como ésta
    • Mete cada juego de sábanas dentro de la funda de uno de los almohadones correspondientes. Visualmente, el armario estará más ordenado e impedirás  que se mezclen.
    • Ordena la ropa en función de sus características o tipo de uso. Por ejemplo, puedes separar las camisetas interiores de las demás, o por tipo de manga. Los jerséis pueden agruparse por tipo de cuello o grosor. La ropa para ocasiones especiales en una zona diferente a la que uses a diario.  


    El almacenaje debajo de la cama resulta muy práctico para guardar sábanas, mantas, edredones, etc. Si tu cama no es un canapé y no dispone de ese espacio, puedes utilizar cajas grandes con ruedas para deslizarlas fácilmente. Es importante que dispongan de tapa para evitar que se acumule el polvo. 

    Las estanterías quedarán más aprovechadas y organizadas utilizando cajas de tela o cestos donde agrupar por uso los objetos pequeños. Puedes incluso etiquetar cada cesto. 

    Una mesilla de noche con cajones multiplicará tu espacio de almacenamiento, pudiendo guardar bisutería, ropa interior, pañuelos y cinturones o incluso libros en las más grandes. 

    Si no tienes suficientes armarios, un baúl tiene mucha capacidad de almacén, pero conviene que en él sólo guardes prendas que no uses a diario para no tener que abrirlo con frecuencia.  



    Evita el uso de las sábanas encimeras para ahorrar tiempo al hacer la cama: utiliza solo la sábana bajera y el edredón como hacen en otros países de Europa.  

    En nuestra Guía Montessori encontrarás algunos consejos prácticos para adaptar el dormitorio a los niños y maximizar su colaboración.  

     
    ¿Utilizas alguno de estos trucos? ¿Qué otras claves tienes para evitar que tu casa reste tiempo a otras actividades más placenteras para ti? Estaremos encantados de escucharte en el apartado de comentarios, tus consejos pueden dar buenas ideas a otras personas.

    Y si necesitas nuestra ayuda tanto para organizarte como para cumplir tus objetivos, no dudes en consultarnos, un equipo de profesionales está a tu disposición.

    Articulo de MasVidaRed - 2021-09-17