El ladrillo cocido y las tejas son los materiales de construcción más utilizados en España. Cuando a partir del siglo pasado se los empieza a usar en los frentes de las casas, fue necesario desarrollar productos que los protegieran de la intemperie, sin ocultar su aspecto original.

Algunos productos son:


Impregnantes de Siliconas:
Son líquidos transparentes incoloros que penetran en el ladrillo para formar una barrera interna contra el agua, impidiendo así la formación de hongos verdín, manchas de salitre, etcétera. Mantiene exactamente la apariencia original de la superficie pintada.

Impregnantes sintéticos con color: Estos se usan cuando se busca cambiar el aspecto original, intensificando el tono del ladrillo o disimulando manchas, diferencia de color, etcétera. También aquí se logra repelencia contra el agua sin impedir que el material "respire".

Protector acrílico para ladrillos: Preparado al agua, de aspecto lechoso, deja al secar una película cerrada y transparente a diferencia de los impregnantes.

Los productos mencionados pueden aplicarse también sobre tejas, cerámicas no esmaltadas y superficies porosas en general, en exteriores o interiores. Los bloques de cemento pueden necesitar un tratamiento adicional.

En todos los casos, se recomienda una limpieza previa con ácido muriático rebajado con dos o tres partes de agua. Si hubiera moho o verdín, cepillarlos con lavandina al 20% en agua.

En cuanto al diseño arquitectónico, la tendencia en el uso de ladrillos a la vista se recomienda usar productos de calidad y de una estética cuidada.

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