Dado que muchos no pueden viajar al exterior por motivos discriminatorios de la actual dicutadura sanitaria internacional, por todos conocida, os traemos un interesante extracto con algunas ideas dentro de España, sitios que seguramente no conoces y que son espectaculares.
El mes de diciembre nos trae frío, compras navideñas, cenas de empresa, encuentros con amigos y también unos cuantos festivos para aprovechar y escaparnos unos días.
Te proponemos algunas escapadas perfectas para hacer un alto en el camino antes, o durante de las navidades. ¿Hacemos la maleta?
Pueblos blancos, Andalucía
La Sierra de Cádiz se extiende al norte de la provincia en un recorrido abrupto, sabroso, verde y emocionante: la Ruta de los Pueblos Blancos.
Lo más destacado. Arcos de la Frontera, declarado Monumento histórico-artístico, es uno de los pueblos blancos más célebres.
Lo imprescindible. La ruta se adentra en el Parque Natural de Grazalema, declarado Reserva de la Biosfera, donde no puedes dejar de visitar la localidad del mismo nombre, así como Zahara de la Sierra, con uno de los paisajes más espectaculares del entorno.
Lo más curioso. Por último, Alcalá del Valle y Setenil de las Bodegas, con la insólita disposición de sus casas, que están excavadas en la montaña siguiendo el cauce del río.
Selva de Irati, Navarra
Es el segundo hayedo-abetal más extenso y mejor conservado del mundo y describe un espacio natural que ha logrado conservarse casi en estado virgen, especialmente espectacular con su amplia variedad de colores propia del otoño.
Ideal para senderismo. Paseos, travesías a pie o en bicicleta (BTT) y montañismo. La zona cuenta con una excelente oferta de caminos balizados que en general son aptos para todas las edades.
Bosque de Muniellos, Asturias
Forma parte de la reserva natural integral del mismo nombre y es el mayor robledal de España, además de uno de los mejor conservados. Además, es una zona protegida y para acceder es necesario pedir permiso para visitarlo.
Lo más curioso. Es el hogar de muchas leyendas de la mitología asturiana y dando un paseo es fácil entender el por qué.
Parque Natural de Gorbea, País Vasco
Es el más grande de la Comunidad, donde abundan las hayas, robledales, alisos, sauces, fresnos y álamos diseminados en una extensión de veinte mil hectáreas que alberga también la cumbre Gorbea, la más alta de Vizcaya y de Álava.
Ideal para senderismo. Podrás descubrir la espectacularidad de sus paisajes a través de sus senderos, aptos tanto para hacerlos a pie como en bicicleta o a caballo, gracias a que la zona cuenta con una red de sendas balizadas. Además, dentro de este Parque Natural hay numerosas áreas recreativas.
Lo imprescindible. Hacer del pequeño hayedo de Otzarreta el punto de partida de una fantástica excursión en la que podrás descubrir los singulares tejos de las campas de Arimekorta y la turbera de Saldropo.
La reserva del Saja-Nansa, Cantabria
Es una comarca con uno de los patrimonios naturales más importantes y mejor conservados de toda Europa con una particularidad muy destacada, sus numerosas cavidades naturales.
Lo imprescindible. La Cueva del Soplao, considerada única a nivel mundial por la calidad y cantidad de las formaciones geológicas, y la Cueva de Chufín.
Lo más destacado. Estas cavidades convierten la región en un referente respecto a la espeleología, aunque no es su única virtud. Las maravillas arquitectónicas y sus restos arqueológicos, muy próximos unos de otros, dibujan unas rutas naturales con mucha historia que hacen de esta reserva un verdadero Eco-Museo.
La tierra de Cameros, La Rioja
Los Cameros es una tierra de contrastes que parece especialmente diseñada para aventureros y aquellos que buscan paz y tranquilidad. Y cuenta con dos grandes puntos desde donde se originan caminatas y excursiones para descubrir estos parajes: Camero Nuevo y Camero Viejo.
El Nuevo, cuyo corazón es el Parque Natural de Sierra Cebollera, es un vergel de robles y hayedos regados por el Iregua. El GR 93 (Gran recorrido) entra en Camero Nuevo por Ortigosa, donde hay que visitar las cuevas de la Paz y de la Viña, con espectaculares formaciones de hace millones de años.
El Viejo se diferencia del Nuevo por su aridez y soledad, con impresionantes bancales abandonados llenos de matorral.
Lo destacado. En Camero Viejo queda un reducido número de dehesas con encinas y robles utilizadas de forma comunal. Para verlo, visita las localidades de Torre en Cameros y San Román de Cameros, y deleita el famoso queso camerano.
Lo más curioso. El silencio sobrecogedor del cañón del Río Leza, con sus “gargantas” entre Soto y Leza. Con un poco de suerte, podrás disfrutar del vuelo de los buitres leonados entre sus espectaculares paredes rojizas.
Fageda d’en Jordà, La Garrotxa
El hayedo de Jordà es, sin duda, uno de los mejores lugares de España en los que perderse en otoño. Y es que ofrece una estampa muy fotogénica cuando las hojas tiñen los árboles de múltiples tonos ocres y, con su caída, conforman una alfombra que se nota en cada paso.
Ideal para senderismo. Con múltiples rutas marcadas puedes descubrir este paisaje, la Fageda d’en Jordà, que se levanta sobre tierra volcánica y que parece sacado de un cuento que vale la pena conocer de cerca.
Valle de Arán, Lleida
Los días de otoño en el Valle de Arán no son ni verdes ni blancos. La frondosidad de la primavera y el verano han quedado atrás y todavía quedan unas semanas para que lleguen las primeras nieves.
Para escapadas. Precisamente en ese momento, sobre un manto vegetal multicolor, se puede descubrir la belleza de estos parajes a través de pueblos con encanto y ermitas románicas que son buenos puntos de apoyo para excursiones en de fines de semana y escapadas, tanto románticas como en familia.
Hayedo de Tejera Negra, Guadalajara
Es uno de los hayedos más meridionales de Europa y uno de los bosques con más encanto de la provincia.
Ideal para senderismo. Dentro del hayedo podréis realizar varias rutas o sendas que nos permitirán disfrutar de todos sus rincones. Y la mejor época para visitarlo es el otoño, cuando el ambiente es de cuento: los colores, el musgo o el crepitar de las hojas al ser pisadas…
Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido, Huesca
Situado en el Pirineo oscense y hogar de algunos de los paisajes más increíblemente sobrecogedores de la península, entre ellos destaca por encima de todos el Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido.
Lo imprescindible. Especialmente sus cascadas y saltos de agua, con sus cañones y sus ríos de aguas turquesas en medio de bosques adquieren, en otoño, todas aquellas tonalidades posibles de ocre.
El consejo. Por el protagonismo húmedo del agua, abrígate un poco, lleva ropa impermeable, unas buenas botas… y ¡déjate llevar por la magia del lugar!
Laguna de Gallocanta, Zaragoza
No es como la mayoría de propuestas de esta lista, que son grandes bosques que brillan en otoño, pero lo destacamos porque está en el corazón de una reserva natural y es la mayor laguna salada de Europa y el hogar de más de 220 especies de aves que se toman un respiro en su migración.
Lo más destacado. Si te gusta el avistamiento de aves, a partir de octubre se instalan aquí más de 40.000 grullas, haciendo un alto en su camino hacia el sur de España y África.
Zafra, Badajoz
La capital del sur pacense es una ciudad monumental cuya vida social gira en torno a dos plazas: la Grande y la Chica.
Para perderse. Son dos burbujas urbanas, porticadas y contiguas, llenas de casas enjalbegadas, palacetes, balcones de forja, soportales y terrazas al aire libre donde locales y forasteros aprovechan cualquier rayo de sol para disfrutar de una buena tertulia y un buen aperitivo. Se le ha llamado Sevilla la chica, pero tiene suficiente entidad como para no necesitar la comparación.
Ceuta y Melilla
La visita a Ceuta y Melilla es la entrada en una cultura que aúna lo mejor de Marruecos y España en pocos kilómetros cuadrados. Cada una con su estilo propio, disponen de numerosos encantos que se complementan con la tradición global que las convierten en únicas. Bien merecen una visita.
Y si buscas temperaturas más suaves… Es una época magnífica para visitar las islas (Baleares o Canarias), donde encontrarás un clima más benévolo y, además, disfrutarás de mejores precios, ya que la temporada alta terminó con el verano.