Las vacaciones: Una época mágica, de felicidad, relax y desconexión... ¿o no? P
Para muchos padres y madres, la idea de viajar con niños resulta en sí misma abrumadora y estresante.

En este artículo te proponemos algunas formas sencillas de simplificar las vacaciones con niños para que podáis disfrutarlas pequeños y mayores.

LAS VACACIONES O EXCURSIONES

Para convertir las escapadas familiares en experiencias placenteras, la organización es fundamental.
  • Elige el destino o estilo de vacaciones teniendo en cuenta vuestra casuística familiar: aunque normalmente tengáis costumbre de disfrutar de las vacaciones de una determinada manera, las edades de los hijos influyen tanto en los destinos a elegir como en el tipo de escapada. Por ejemplo, valorad si la mejor opción es un hotel o un apartamento, tienda de campaña o bungalow, hacer rutas de senderismo o acudir a una casa rural con granja, etc.
  • Haz a tus hijos partícipes en la planificación: busca actividades para niños en los lugares de destino y, según la edad que tengan puedes incluso darles a elegir a ellos entre dos o tres opciones.
  • Cuando hagáis una excursión, explica a los niños con antelación lo que esperas de ellos. (“Vamos a casa de unos amigos de papá, pasaremos ahí la tarde en la piscina. Por favor, me gustaría que al llegar saludes a todos”.) Si son mayores, avísales con antelación por si tienen planes alternativos. Es importante que respetes sus necesidades y deseos, por lo que lo razonable es negociar con ellos para que se sientan tenidos en cuenta y cooperen.
  • Si vais de viaje, enséñales a hacer su propia maleta. Cada uno tendrá su propia bolsa o mochila. Anímalos a que preparen encima de su cama todo lo que desean llevar, y luego supervísalo tú. Procura que lleven el mínimo de ropa, tan solo lo imprescindible, y pocos juguetes (para que puedan responsabilizarse de ellos y no los pierdan). Por ejemplo, si vais de vacaciones a la playa, que cada niño tenga su mochila con un número máximo de juguetes y se encargue de ella.
  • Lleva un botiquín básico con un termómetro, medicamentos (ibuprofeno, paracetamol, etc.), barritas de arnica para golpes y chichones, tiritas, remedios para el mareo, protección solar, etc.
  • Algunos padres encuentran muy educativo que los niños, aun estando de vacaciones, dediquen un tiempo al día a “deberes” como practicar inglés, matemáticas o a realizar cuadernillos de vacaciones. Si se establece esta tarea a primera hora de la mañana, habrán cumplido con su “obligación” antes de dedicarse a disfrutar del día. Esto es muy personal, ya que otras familias prefieren que las vacaciones supongan la desconexión total de lo académico. 
  • Así mismo, es importante que los niños no olviden sus buenos hábitos y colaboren durante las vacaciones con las tareas domésticas como ordenar, deshacer su maleta, recoger, hacer su cama, etc. de acuerdo a sus edades. 

EN EL COCHE



A veces, los trayectos en coche con niños pueden ser un desafío, y más si son viajes largos. Con algunas estrategias sencillas, los viajes familiares en coche resultarán más agradables:

  • Limita las horas de coche en la medida de lo posible. Haz descansos frecuentes o valora otros medios de transporte como el tren para que no se les haga tan pesado.
  • Haz coincidir los viajes largos con los momentos de sueño de los niños para que viajen dormidos y se haga más corto el trayecto (salid de noche con los niños ya en pijama, a la hora de la siesta o por la mañana muy temprano).
  • No olvides las provisiones: un surtido de ricos tentempiés que no manchen (como quesitos Babybel, tortitas de arroz o galletas), así como botellas de agua, toallitas húmedas o pañuelos y remedios para el mareo (si tus hijos son propensos a ello).
  • Id equipados con varios recursos para que los niños se entretengan:
    1. Permíteles elegir un par de juguetes o cuentos que quieran llevar (que quepan en la mochila de cada uno).
    2. Además, puedes llevar un plan B: un estuche con otros materiales o juegos que reservarás para cuando se cansen de lo que tienen (en lugar de dejárselos desde el principio del viaje): cuentos, cuadernos y lápices, pegatinas, cuadernos mágicos de agua como éste, puzles magnéticos como éste que incluye 360 patrones diferentes, etc.) 
    3. Juegos en familia durante el trayecto:
      1. Contar los coches rojos, verdes, blancos, etc.
      2. Sumar los números de las matrículas
      3. El Veo-veo
      4. Voy de viaje y me llevo…: cada persona añade un objeto al final de la frase, y cuando te toque el turno debes repetir toda la lista y añadir otro objeto más. Los que olviden algo, son eliminados.
      5. Adivina el animal que hay en el coche: se imita el sonido de un animal y los niños deben averiguar cuál es (para los más pequeños).
      6. Simón dice: una persona da instrucciones que los demás deben cumplir, pero solamente si la orden va precedida de “Simón dice” (“Simón dice da dos palmadas” se debe llevar a cabo, pero si decimos solo “Da dos palmadas”, no se hará.)
    4. Prepara listas de reproducción para el coche con canciones que les gusten o con audio-cuentos.
    5. Si vais a un lugar nuevo, puedes imprimir material atractivo sobre el destino. Por ejemplo, si vais a Valencia, puedes hacer una carpetita con un pequeño mapa con la ruta en coche, fichas para colorear con la playa, una paella, los distintos animales del Bioparc o del Oceanográfic, los edificios de la Ciudad de las Artes y de las Ciencias, etc.), como si fuera una “mini guía turística” infantil.
    6. Cuando el viaje sea muy largo, planifica con antelación las posibles paradas: lugares donde además de ir al baño, los niños puedan entretenerse un rato (quizás dar un paseo, pasar 20 minutos en un parque, aprovechar para ver algo interesante, etc.).
 

SALIDAS A RESTAURANTES



Comer fuera de casa es una habilidad que los niños pueden aprender, al igual que cualquier otra. Es importante que los niños sepan con antelación lo que esperamos de ellos en esta situación (por ejemplo, que tendrán que esperar un tiempo sentados tranquilos, que nos gustaría que hablaran bajito para no molestar a los demás, qué van a comer, etc.). No obstante, hay algunas medidas que podemos llevar a cabo para facilitarles la tarea:

  • Los adultos deben adaptarse al horario de los niños, y no al revés. De esta forma habrá menos probabilidades de tener a los niños en la mesa del restaurante desesperados, hambrientos o agotados.
  • Al llegar, pide enseguida pan o un entrante para que los niños no se impacienten. Si no estás seguro de qué ofrece la carta, consúltala previamente online o lleva comida de casa que sepas que les gusta.
  • Opta preferentemente por restaurantes familiares o con zona infantil, donde puedan entretenerse si terminan antes de tiempo o la comida se alarga.
  • Si tienes hijos que no se llevan bien, no les sientes juntos.
  • Sé previsor/a y lleva material de entretenimiento. Aquí tienes algunas ideas:
    1.  Los Abrementes (en Dideco puedes encontrarlos, así como en Amazon en este link): juegos de adivinanzas y pequeños retos para las diferentes edades y que ocupan muy poco.
    2. El Doble infantil
    3. Los materiales para pintar son siempre socorridos: colores y cuadernos, pizarras ligeras de pintar y borrar, etc.
    4. Con papel y boli hay multitud de opciones como el Tres en raya o El Ahorcado.
    5. Entretenimientos de toda la vida como Piedra, papel o tijera, contar chistes o acertijos, etc.
    6. Nombra 3: cuando ya saben las letras, se trata de elegir una categoría y una letra, y deben nombrar 3 elementos pertenecientes a esa categoría que comiencen por dicha letra. Por ejemplo: comidas con la “A” (aguacate, almendras y arroz).
    7. Listas rápidas: se elige una categoría (por ejemplo, animales), y se enciende el cronómetro. Entre todos, deben decir a toda velocidad todos los animales que se les ocurran.
    8. Practicar materias escolares de forma lúdica: “¿Quién adivina esta suma?, “¿Quién sabe cómo se escribe la palabra …?”, ¿Cómo se dice … en inglés?”, contar o adivinar los colores para los más pequeños, etc.
    9. Aprovecha para dedicar tiempo al diálogo.
 
Ir bien provisto de recursos es fundamental para salir airoso de cualquier situación de espera: como salas de espera de consultas médicas, paradas de autobús, etc.

LIMITA LAS ACTIVIDADES Y ENSÉÑALES A VALORAR LA TRANQUILIDAD



Nada complica tanto la vida familiar como una agenda cargada de actividades. A veces percibimos que los niños están cansados o estresados, pero nos vemos socialmente presionados a apuntarles a infinitas actividades.

Es fundamental permitir que tengan tiempos “sin nada que hacer”: sin pantallas ni móviles, juegos dirigidos, actividades o salidas, en los que se aburran o deban buscar por sí mismos recursos para entretenerse. Con ello entrenarán la tolerancia al aburrimiento, clave para el futuro, y desarrollarán la creatividad y autonomía.

Los niños que se acostumbran a pasar tiempo en casa y disfrutar de él, serán adolescentes que tiendan a estar más en casa y con la familia.

Enséñales a disfrutar de las pequeñas cosas: observar el cielo o las flores, soñar despiertos, buscar insectos, chapotear en los charcos, tumbarse al sol, pasear descalzo por la arena o el césped, pasar una tarde leyendo, etc.

Recomendamos agendar estos “tiempos de tranquilidad” para reservarlos y darles prioridad, evitando que sean reemplazados por otras actividades. Así, los niños valorarán la importancia de la tranquilidad, poder descansar, estar en contacto con sus sensaciones y escuchar sus sentimientos, leer o reflexionar, etc. como parte de su auto-cuidado. Hay familias que los plantean una vez a la semana (los domingos), o como parte del día durante las vacaciones (desde que terminan de comer hasta las 18:00h, por ejemplo).

Aunque todos los padres y madres desean las vacaciones para poder pasar tiempo con sus hijos y disfrutar de ellos, a veces estar las 24 horas del día lidiando con los niños puede ser agotador. Por eso, también conviene mantener pequeños espacios durante las vacaciones para uno mismo y para la pareja.  Con estas claves podemos facilitar algunas situaciones que se suelen dar durante el periodo de descanso.